Publicado: 15 de Mayo de 2013

Las vacunas infantiles son previsibles y tienen un calendario preestablecido, por lo que no son gastos extraordinarios, máxime si tenemos en cuenta que prácticamente todas están cubiertas por la seguridad social.

Ahora bien, si se trata de una vacuna de carácter excepcional, no fijada en el calendario oficial de vacunación, de alto coste y que pueda no estar cubierta por la Seguridad Social o seguros privados, pero que sea necesaria, podría ser considerada como gasto extraordinario.